domingo, abril 03, 2011

Me duele el corazón...


Eran las 10 de la mañana y ningún paciente esperaba en la sala; el doctor, recién egresado de la carrera, se asomó al escuchar un ruido provocado por pisadas casi inaudibles...

Ahí en el umbral de la entrada se distinguía una pequeña silueta, un niño, quizás 4 años como máximo; ataviado únicamente con un par de zapatitos de botita negros, canzoncillos blancos, una playera desgastada y con cara de preocupación. Lo único que contrastaba con su semblante eran dos hermosos cachetes que brillaban como recién lustrados...

-¿Qué te trae por aquí hijo?- preguntó el doctor, muy sorprendido de que aquel pequeño hubiera llegado sólo -¿Dónde están tus papás?- inquirió para completar el cuadro.

El niño volteó a verlo, parecía que nunca contestaría... una lágrima escurrió en su rosada mejilla y decidido le dijo al galeno: "Oye Doctor... me duele el corazón..."

El doctor, enternecido por la escena respondió: "Hijo, el corazón no duele, únicamente duele cuando te vas a morir, y sinceramente no creo que ese sea tu caso".

Una nueva lágrima surgió de sus grandes ojos y el pequeño respondió: "Oye Doctor, entonces me voy a morir, porque así es como me siento, te juro que me duele el corazón, siento que algo me está goteando por dentro y eso me duele mucho".

Más por humanidad que por razón, el doctor permitió al infante pasar al consultorio, le pidió se quitara la playera y le dió una revisión exhaustiva. Nada parecía mal, sus latidos eran normales y a no ser por la hinchazón que tenía en los ojos, nada estaba fuera de lo normal.

Cuando terminaron el niño pensativo le preguntó "Dime la verdad doctor, ¿verdad que me voy a morir?". El doctor, acarició sus irresistibles mejillas y serio le respondió: "No hijo, no vas a morir, ésto que sientes es un dolor pasajero, como cuando te has caído de la bici o te has dado un sentón, algo te ha herido, de ello no tengo duda, pero ese algo desaparecerá y luego vendrá una recuperación"...

El niño, contraatacó: "Oye doctor, ¿y eso que siento que gotea adentro de mí, qué es?, eso que siento que me arde adentro de mí y que llega por momentos"...

Al galeno se le llenaron de lágrimas los ojos; únicamente le dijo, "ya va a pasar hijo... ¿has visto las tuberías cuando tienen una fuga? el agua gotea y gotea, y hace falta que venga el fontanero para que las repare; te tengo una buena noticia, con ésta curación que te haré, el goteo parará; pero tienes que creerme, si no, no funcionará".

Sacó entonces de su cajón un curita, cuidadosamente lo desprendió de sus adhesivos y lo colocó en el pecho del infante, agregó "éste curita va a sanar la herida que sientes, no te lo quites. Mientras tanto, sigue jugando con tu pelota y tus carritos... verás que en unos días pasa, cuando menos lo esperes te despertarás y el dolor habrá desaparecido"...

El niño se puso la playera, el doctor le ayudó a abrocharse los zapatos... lo acompañó a la puerta y le acarició cariñosamente el cabello al tiempo que le decía: -"Recuerda, a partir de hoy, tienes que cuidarte mucho, si es posible, ponerte 2 playeras, tengo que decirte que tu corazón ha recibido un golpesito que le dejó una pequeña grieta y mientras eso no sane, es muy sencillo que te lo vuelvan a lastimar."-

El niño lo abrazó por la pierna y dijo "gracias doctor, ya me siento mejor", tomó un bote de frutsi sucio y vacío que había en el piso y mientras lo pateaba se alejó corriendo y gritando por la calle... El remedio había funcionado...

El doctor enjugó una lágrima en su mejilla y la coronó con una gran sonrisa, llamó en ese instante a su novia... la idea, pedirle que pasaran el resto de sus días juntos...

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