viernes, marzo 09, 2007

And on this Corner!!!

El día que me convertí en Peleador Callejero

Durante los últimos días he tratado de mantener mi mente ocupada y a la defensiva, en espera de que tantos pensamientos ogeis me invadan y me depriman como lo han hecho desde hace 3 semanas, así que en esa continúa búsqueda de distracción hoy revisando archivos mentales me encontré con un pasaje de mi vida que raramente recuerdo y que no sé la razón por la cual hoy me tocó remembrar de manera detallada.

Por más que me empeñaba en mantener ciertos detalles de ese recuerdo en la sombra éstos surgieron y enriquecieron de manera vívida el día que me volví un "peleador callejero": Sí estimado lector, un pasaje de mi vida que muy pocos conocen, el día en que me transformé en el "Rocky Balboa" de la Moctezuma, el día en que Tyson se me escondió y Julio César Chávez gritaba desde Mazatlán aclamándo el nacimiento, debut y desaparición de una de las más grandes "glorias" del "street fightin secundariero".

Corría el año de 1994 y su servilleta se encontraba cursando el último año de la secundaria, batallando contra los abusadores, los gandallas y los opresores que a diario se encargaban de acomodarme unos zapes que me dejaban viendo estrellitas y sendos sobacazos perfumadores de sudor adolescente-no-conozco-el-desodorante.

He de mencionar a modo de breviario cultural que mi récord de peleador callejero en esa primera etapa es un tanto avergonzante, pero digo, Chingao!! Roma no se hizo en un día o si??.. La estadística de mis encuentros puede verla en el siguiente cuadro:



Como puede percatarse amable lector los puños no eran lo mío, sin embargo los primeros tres encuentros sirvieron solamente para que grandes dosis de coraje y frustración se apoderaran de su servilleta pugnando cual reclusos de Santa Martha por salir y ver un poco de acción. También es cierto que otra dosis de miedo producto de las putizas que me habían dado me alentaba a huir ante cualquier connato de bronca, sin embargo,... ¿cuál es la filosofía en esos casos amable lector?... pues bien después de tantos madrazos uno aprende a ver las fortalezas y límites del adversario y comienza a quitársele a uno lo pendejo para evitar emprender broncas que están decididas en contra incluso antes de empezar...

Eso no lo sabía el contrincante de mi último zafarrancho, así que después de medirlo dije... si puedo no hay pedo!!...

En esos días habían "tiros" de harina y webo en la parte de atrás de la secundaria; todos esperábamos con ansia conocer el cartel para cada día, incluso habían fechas en que se desarrollaban hasta tres peleas en una sola función, sin embargo, también habían días malos, uno de esos días sin evento lo aproveché para hacer mi debut en el cuadrilátero de la 90...

Este morro (mi contrincante) y yo éramos amigos, siempre cuidándonos de los gandallas porque ambos éramos lo que se conoce como "barquitos", sin embargo, también buscábamos la forma de trascender en el mainstream de la secun, así que un día por una pendejada como "préstame tus pinzas... -NEL-" se escuchó aquella frase tan socorrida, aquella frase que despertaba la adrenalina de los compañeros y te lanzaba de manera inmediata a ser el nombre de moda (al menos por ese día): "NOS VEMOS A LA SALIDA"

Recuerdo ese día, al salir ya tenía listo un equipo de managers, quienes se encargaban de darme consejos, de preparar mi atuendo para tener mejor movilidad , de organizar los piques de palabras reglamentarios y de limpiar la mitad de la calle para que la función comenzara.

Mi papá le arreglaba su grabadora a mi maestra de música (que por cierto estaba más vieja -la grabadora- que nada, y cualquier reparación no le duraba más de 2 días). Ese día traía la grabadora famosa para una reparación de mi padre y mi equipo de coucheo no dudó en comprar pilas y perfumar el ambiente con "Welcome to the jungle" de Guns n Roses, así que el escenario era inmejorable; esa fecha cuando me levanté, nadie me anunció que ese día pasaría a la historia y que más de media escuela estaría esperándome con ansia -y no pa zapearme- sino pa vitorearme y animarme en mi cita con el destino... encarnado en ese momento por "La Monja"

Yo con mi Manager, El Abogado le llamaban. Pinchi Ogeis a la fecha se sigue cagando de la risa de mi controvertido estilo de street fightin


Amable lector, se preguntará usted por qué le decían la Monja a mi contrincante ¿no es así? pues bien, le decían así porque era una "madrecita" de hecho incluso, yo, que medía 1.55 era más alto que él... qué manchado...

Pasadas la presentaciones de rutina y con todo el público instalado ansioso de ver sangre nos posamos al centro de la calle...

Y al clásico rito de: "Qué... qué... pus qué..." -con sus respectivos empujones- inició la pelea.

El encuentro fue por demás desigual, la verdad es que le puse la madrina de su vida; mi peso y estatura fueron determinantes, sin embargo, ello incidió en detrimento de la calidad de la pelea y lejos de salir aclamado en hombros, mucha gente me dejó de hablar por haberme manchado tanto e incluso mi equipo de coacheo se deslindó de mí burlándose por la torpeza de mis golpes y cagándose de la risa por mis pocos conocimientos de la lucha callejera...

No cabe duda que la Fama es una ramera: después de la pelea regresé a mi categoría de subhumano barquito y me gané la enemistad del grupo al que pertenecía mi contrincante, además de vivir diariamente con el miedo de que noticias de la madriza hubieran llegado a la hija de su puta madre que tenía como subdirectora y me expulsara, porque vale mencionarlo, La Monja era hijo de una de las secretarias de la escuela.

La neta es que creo que le debo una disculpa a La Monja, así que desde ésta peña lo hago y nuevamente le agadezco no haberse vengado vía Mamá y arreglado mi expulsión de la escuela, que bien habría valido una remadriza por parte de mi madre.

Como decía Gandhi la violencia no es el camino, pero a ver, díganselo a las ollas de hormonas valemadres adolescentes quienes incluso sólo lo ubican como un rukito pelón flakito que sale en fotos blanco y negro...

No se pelién men... no se pelién....

1 Comment:

Capi said...

Permiteme cagarme de la risa, jajajajaja, jajajajajaja, te lo juro que casi estoy llorando de la risa, y del coraje también, por que yo también tengo récord perdedor... Un abrazo. Por cierto, en que parte de Tijuas te madrearon y asaltaron? Un abrazo.