martes, septiembre 23, 2008

Yo fuì un niño rockanrolero explotado

Crónicas de Lahernia Vol 1

El breve tiempo que duró mi paso por el rock impidió que mi huella en los anales (ja!, en los anales... -¿serán apretados y apestosos?-).... fuera considerable... Sin embargo, en mi memoria (que no en mis anales) numerosas historias reaparecen y se reproducen de manera Tecnicholor con sonido 5.1 y en alta definición... o sea que bien chinguetas en resumen.

El pedo de lo anterior es que mi paso por la escena roquerona adolescente no fue del todo dulce, de hecho fue mas bien chamoyezca, siempre aderezada por las babas de algunas chamaquitas descocadas con el autoestima tan baja como para ser mis gruppies, esos nobles seres sin duda hicieron éstos momentos un poco màs llevaderos.

Corría 1996 y mi gloriosa banda de mocosos, roqueros, vengansenfá, empedensepronto, pañalmojado andaba que no cabía de gusto, y todo porque un jueves nos esperaban en el Rockstock quesque pa una audición pa tocar ahí. Puede imaginarse cuánta felicidad nos invadía, parecía que todos nuestros sueños de pedas gratis, dinero, fama, disqueras y escuinclas pechugonas y ganosas se harian realidad, sobre todo porque nuestros foros nunca habían sido más grandes que la casa del guitarro en los 15 años de su hermana y la azotea de una amiga de la prepa que amablemente nos la facilitó para celebrar un fín de año.

El que llegó con la noticia fue el guitarra (Carlos), ya había arreglado todo y nos esperaban las huestes del negocio de la música, la pura ché del caché yes Sir!!. Todos bien voladotes ya nos imaginábamos empedándonos gratis cada 8 días y además nos pagarían (cosa que pasaba a segundo término, pues lo único que queríamos era sentirnos admirados y derrochar energía arriba del escenario, -eso último sonó como que bien maduro.-. nah, lo que queríamos era lucirnos arriba pa sentirnos importantes y hacer gestos pendejos y posturas de grandeza y arrogancia -como de a Valentín Trujillo pues- que nos convirtieran en imanes de escuinclas dispuestas a intercambiar arrumacos y saliva).

-Oye Carlos, y ¿qué pedo, tenemos que llevar instrumentos?
-Nel, seguramente allá nos los van a prestar, si acaso que el Lobo (el bataco) se lleve sus platos
-Seguro Wey?, cómo que nos van a audicionar sin instrumentos?
-Ah, pinche Cristian, así es el negocio (pobre pendejo, inocente más bien), éstos weyes na más quieren vernos para checar nuestra imàgen y ver cómo tocamos...

- (Cara de Cristian de incredulidad)
- (Cara de Cristian de Ah Chingà?)
- (Cara de Cristian de No Mamar)

-Con cara de penedejo le creí todo todiiito, al no menos pendejo Kiko Wanabacoba (como era conocido Carlos entre los cuates)

El viernes me salí tempra de la escuela, ni siquiera pude dormir, me imaginaba hasta el culo de champagne y con dos güerotas, con mi camisa de franela a medio abrir y un cigarro en la mano... (lo cagado de ésto es que siempre me vislumbraba con la imagen de Kurt Cobain, a pesar de que estoy más negro que el asfalto de la Magdalena Mixuca...

Salimos de la casa de Carlos con los platos del Lobo al lomo y nos dirijimos al metro Moctezuma donde tomaríamos el metro que nos llevaría a la fama...

Todo el camino en el gusano naranja se nos fue pensando de qué color serían nuestros vochos deportivos, cuánto equipo era necesario para nuestra gira por Europa, cuántos condones eran necesarios para no traernos una enfermedad venérea de Holanda y perdimos bastante tiempo viendo al Bajo y a Carlos discutir de què color pintarìamos el aviòn de la banda.

Cuando llegamos al local de Niza y Reforma, pràcticamente levitando, vimos que al igual que nosotros otras bandas habían sido convocadas -ésto va a estar reñido- dijo el Lobo queriendo poner cara de reto... faz que no era otra cosa que el rostro de un personaje de Los Supercampeones con mugre y sudor en la cara a punto de chutar un penal; postal que en el caso del Lobo se aderezaba con barros y grasa facial.

Nos pasaron; sobra decir que a esa edad eran muy pocos los lugares de éste tipo que había visitado,

de hecho nunca había ido a uno...

Ahí nos esperaba un pinche greñudo con acento de argentino...

Nos sentamos las 4 bandas que estábamos convocadas. Cómo es pendejo el ser humano me cae, pero tambièn es cierto que para que exista un pendejo, tiene que haber un culero que abuse y en éste caso eran los señores del RockStock.

El pin Ché argentino nos comezó a decir: "ejque son muy buenas bandas, por eso mismo, éte local lo ha ejcogiiido para que vengan a motrar su taleeento... Probablemente alguno de vos se van a quedar de planta aquí... Deben étar agradezidos de ésta oportunidad sobre todo porque ete lugar se las va a poner má fázil. Le va a dar chanza de que traigás a sus amigo y familiares para que lo apoyen y tooodo a un precio especial."

Todos estàbamos con caroota de pendejos, nadie le ponía atención al bailatangos, nada nos abstraía de nosotros mismos imaginàndonos arriba del escenario y por si fuera poco éstos culeros nos apuntaron en el pizarrón que estaba en la entrada, anunciándo nuestra presentación, no mamar, traíamos el calzón mojado.

"Le vamoj a dar 50 tickets para que lo vendan con sus amigos y loj vengan a aposhar y se loj vamo a dar en un prezio preferenzial, así sii quieren venderlo a precio de taquisha, vos tendrán una gananzia"

Silencio, Cristian pesimista hace su intervención...

-Qué pasaría si no los vendemos todos?

El culero comebifes no me respondió mas que "Vos, no penseís así, ahí ezta la diferencia entre los ganadores y los que se quedan... si pensás así, no serás la banda ecogiida".

Todos voltearon a verme con cara de "estás bien pendejo". Chale, daban casi por hecho que mi intervención nos había restado puntos y que por mi culpa casi perdìamos la oportunidad de nuestras vidas.

Salimos de ahí, todos apendejados y saboreando aún más las mieles de la fama, poco nos importó que nos hubieran embabucado barato y que el boludo, nos hubiera dicho tantas mentiras -o quizá sólo lo que queríamos oir- .

Las respuestas y pretextos para seguir alimentando lo innegable eran tan creativas como el choro del argentino:

-Pinche Gabo, cómo dice ese wey que somos una banda con talento, si nisiquiera nos escuchó?...
-Ahh Cristian, no seas wey, seguramente estuvo alguien de ellos en alguna fiesta de las que hemos tocado...
-SI, no mames, no lo había pensado... (A menos que el pendeje argentinete hubiera estado presente en los 15 años de Jessica -cosa que dudo-)

La realidad es que más allá de todas las chaquetas mentales que inventamos para no ver lo que pasaba, todo el negocio de la explotación a chamacos pendejes con sueños de fama es un negocio redondo para el mercado de la música en México; por lo menos en el DF es así:

El mega pendejete de Carlos, cuando fué a comprar su lira al centro (a la calle de mesones) fué cuasi interrogado por el dependiente de la tienda en torno al uso que le daría a su epiphone con ampli de 15 crate... Pinche Carlos, como se quiso sentir importante, le dijo que tenìa una banda, que tocaban bien chinguetas, que íbamos a triunfar, en fín, que tenía una bola de amigos pendejes dispuestos a ser explotados por el music bussiness...

El dependiente culero vividor, tomó de los datos de Carlos el fon para corrérselo a los organiza eventos explota infantes del Rockstock, ellos a su vez le llamaron a Carlos y cerraron el círculo...

Como la neta si teníamos un chingo de conocidos, vendimos todos los boletos, fue curioso ver cómo el día que tocábamos la puerta de Rockstock estaba aglomerada de personas de más de 40 años, bueno, parecía puerta de salòn de fiestas en graduación de secundaria... Y es que les metimos boletos a tíos, tías, primos, abuelos y cualquier persona que quisiera ser testigo de nuestro lanzamiento a la fama.

Sin duda, la noche estuvo poca madre, incluso ayudamos a los de las otras bandas a vender sus boles, pues para nuestra fortuna todos tenìamos familias numerosas.

UN COMPLETO ÉXITO...

Casi nos sacan en hombros...

No mamar!!, el de la camiseta de la selección azul celeste estaba que no lo creía, y se desvivía en halagos con nosotros... claro!!, le llenamos el lugar al muy hijo de puta, tocamos gratis y muchos de los asistentes se quedarían a seguirse empedando después de que nos fuéramos....

Que poca madre...

Con lo que no contamos fue con la mala atención que recibieron nuestros invitados, la pésima calidad de cerveza que era expendida en ese lugar, la incomodidad de los lugares y sobre todo del mayor sacrilegio y delito a la humanidad que acostumbraban hacer ahí:

Servir la cerveza con hielos!!

No habían pasado 15 días cuando el puto argentinete nos volvió a llamar, pues debido a nuestro éxito (más bien baja afluencia del pinche lugar) nos convocaban nuevamente!!... únicamente tendríamos que ir a soundcheck y ya...

Éramos unas verdaderas estrellas!!

Llegamos al lugar con gafa obscura (NO MAMAR), dispuestos a subirnos al escenario... sin embargo, ese soundcheck no era otra cosa que el pretexto para clavarnos más boletos para vender...

Si la primera vez fué fácil, la segunda también ¿no?

Qué equivocados estábamos....

Dadas las penurias atravesadas por nuestros invitados en ese lugar, ésta vez no quisieron ir... aparte de todo nos veían con cara de "pobres escuincles mensos, los explotan, y ellos le entran con singular alegrìa"

No terminamos de vender los boletos...

Llegamos con el argentinete el día que nos tocaba tocar y le expusimos nuestra penuria, nos faltaron 30 boletos por vender.

La amabilidad del putete éste se transformó en franca prepotencia. A pesar de no tener ningún contrato nos la hizo de pedo argumentando que ora quien iba a pagar los boletos, que los boletos ya se habìan emitido, y una serie de mamadas que nosotros como escuincles inverbes y pendejos terminamos por aceptar...

Ahora entendíamos por qué en nuestra presentación anterior los chavos de la otra banda lucían tan agradecidos cuando les ayudamos a tronar los boles que les quedaban...

"Miren pibes, la única manera en la que les puedo ayudar es que me paguen por lo menos lo de 15 boletos y eso, para aposharlos... si no, tendremos que recurrir a otras instancias porque ustedes al llevarse los boletos nos impidieron venderlos".

Puta madre!!, no podíamos dejar pasar ésta oportunidad que nos brindaba el jodeputa argentino... perdonarnos la mitad de la deuda y del delito de sólo ayudarlos a vender una parte del cupo de su mierdero lugar, de tocar gratis y en general de ser explotados por un cabrón que seguramente ni mexicano era.

No juntamos la lana, sin embargo el jijuelachingá aceptó "aposharnos" aceptando los platillos del Lobo como parte del pago.

Dice un corrido de los "Tucanes de Tijuana" que "Cuando hay miedo, ni coraje dá"

Regresamos peor de como nos fuimos, sobra decir que los muy hijos de puta nos volvieron a llamar en repetidas ocasiones, pero al menos yo, nunca más volví a entrar al pinche círculo de explotación, y no porque no quisiera jeje, sino porque me abrieron de la banda. Lo más ogete es que a la fecha ésto sigue ocurriendo, los nombres cambiaron, los lugares y a lo mejor hasta las nacionalidades, pero la situación sigue siendo la misma. En todos los antros es igual siguiendo èste esquema, muy probablemente unos morrillos en èste mismo momento estèn siendo explotados por unos culeros sin escrúpulos que ejercen de manera impune éste abuso descarado en pleno siglo XXI.

Posterior a ésto, fue muy comùn encontrarnos a otros colegas entonando la letanía: "Vamos a tocar en X lugar, qué pedo, compranos boletos no?"...

Si algáun familiar o amigo llega con ese choro, apóyenlo, y díganle que no sea wey, que mejor agarre un libro...

Y bien, éste fue el primer post de la serie, crònicas de Lahernia, en las que vomitaré pasajes dentro de mi vida como rockstar de petatiux región 4.

2 Comments:

Arturo J. Flores said...

Me hiciste llorar, reír, encabronarme en reversa (porque el pasado siempre nos vuelve a pasar, man) y hasta ganas me dieron de llamarle al Alone, al Maestro Juan y al Satanás y revivir aquellas gloriosas tocadas con nuestra banda de jevimetal: Utopía.
Sí, yo también fui un rockstar de petatiux, un chamaco imberbe que malgastaba sus tardes de secundaria y preparatoria pegando de gritos detrás de un micrófono, intentando pronunciar las canciones de Metallica con mi inglés tercermundista: "sirchiiiiin... sic an distroiiii" "eeeexeeee laiiii, enter nai.... teic mai jaaaan, washa washa neverlaaaaan"
Sí, también me presté a esas prácticas ilegales y abusivas de vender boletos. Sólo que en nuestro caso lo hicimos para la tienda de raya Rockotitlán (y su señor feudal don Tony Véndez-tu-alma) y hay que reconocer que en vez de 50 nos la dejaban en 20 boletones, pero nos dejaban tocar los miércoles a la una de la mañana cuando ni los veladores del Rocko se asomaban a vernos. Y sí, un día llegó un tipo con cara de pocos amigos a decirnos que era "mánayer", que nos había visto y que nos encontraba talentosos y que por una módica participación de nuestros domingos, nos haría ricos y famosos....
Y sí, también nos la creímos. Y tocamos en fiestas piteras ante una audiencia que se pitorreaba de cuatro adolescentes inocentes (no en vano esas las palabras riman)que imaginaban que parándose igual que Max Cavalera se verían tan cabrones como él.
Yo ni grupis tuve, pero sí novias leales que me acompañaban a dónde Utopía tocaba (que no pasaban de ser garages y bares de quinta) y se refinaban mis piruetas decadentes e infantiloides.
El rock and roll es una mentira. Lo es más ahora con sus Rockampeonatos Telcel y otros tantos concursillos que se sacan de la manga, que tienen por objeto embaucar a los chavos de otras formas, porque ya son menos los que se creen el asunto de los boletos.
Eres la neta. Me gustó tu crónica y el blog.
Man, hay que volver a vernos y brindar, como dos rockstars anónimos y frustrados, detrás de dos cervezas.
15 minutos de fama nos trajeron toda una vida de amargura.
Pero eso sí... Long life to rock and roll!

Unknown said...

Ivonne Kren said:
Yo no tuve hazañas como las tuyas, de rock gruppies y chelas. La prepa dnd estudié era bastante mocha, aunque divertida, y lo más que hice fue fumarme un Benson frente a la puerta principal (WOW! jajajaja) y aunque no tuve banda ni berreaba, bailaba como loquita en la compañia de teatro musical de la escuela y sí, tmb tuve q vender boletos para pagar la renta del teatro, aunque nos auspiciaba la escuela (será q alguien listo se quedaba con la lana???). Con lo cual deduzco q el ser adolescente casi implica tener un letrero en la frente que dice "Listo p´q´me estafes" pues a pesar de que padres, amigos, conocidos y parientes te digan q la estas cagando gachísimo, jamás les harás caso...
Cést la vie...