El Amoggg El Amoggg -3ra Parte-

"Endimión tomó la decisión de dormir en un sueño perpetuo, del que sólo despertaba para recibir a Selene..."


Parece poco, pero ya llevo tres años tirando palabras al viento desde ésta peña ubicada en un 2o piso de algún lugar en el Periférico Norte; el tiempo ha pasado tan irreverente y precoz que no había tomado conciencia de cómo han ido transcurriendo meses, días y ahora años en éste espacio virtual...

Sin embargo, y al igual que hace 2 años la situación no ha variado mucho y de idéntica forma a las ocasiones anteriores me tocó ser simplemente testigo de cómo ese desequilibrio cerebral al que la naturaleza humana denomina Amor -amogg dirían los franchutes- invade de manera intempestiva y vale madre los pensamientos de los entes humanos al rededor del mundo.

No entiendo, créanme que no lo entiendo; deberíamos tener una camarita siguiéndonos todo el día mientras estamos enamorados para que cuando ya estuviésemos con los niveles químicos cerebrales en sus grados normales pudiéramos percatarnos de todas las estupideces y pendejadas, elevadas a la potencia pinchemil, realizadas mientras nos encontramos ensartados por Eros o Cupido (como más le acomode).

El día de ayer mientras me dirigía a mi jaulita pude ver en la calle, no decenas, cientos de Krápulas cargando globos que harían palidecer al Zeppelin , arreglos de flores que el propio Pedrito Infante envidiaría en su aniversario Luctuoso y chocolates en cantidades que bien podrían hacer desaparecer los problemas de hambre en la parte Norte de África. Los restaurantes estaban hasta el webo... literalmente hasta el webo, incluso los más despreciados a diario como VIPS y Portones estaban viviendo su agosto en pleno febrero y ni hablar de los individuos que en pos de consumar su "amor" buscan sin éxito el lugar idóneo para ello (que no es más que el pretexto perfecto para desfogar las calenturas y darle rienda suelta a la lujuria).

A mí no me kedó más que verlos pasar y reírme un poco al observarme retratado en cada uno de esos "Donjuanes", recordar las situaciones en las que de una u otra forma sustituí mi valemadrismo y mi concha antisentimientos por la parafernalia romántica...

Pues bien, en ésta ocasión lejos de burlarme y poner en evidencia los peores vicios del género humano en los momentos de desequilibrio químico mental y hormonal aprovecharé éste espacio para agradecer a todas las mujeres que de una ú otra manera me han permitido formar parte de su vida -aunque sea por sólo un rato o una noche- a todas aquellas féminas que han desatado tormentas estomacales con el sólo hecho de pensar en ellas, a esas musas que me inspiran cuando parece que no hay nada más de qué escribir o fotografiar, a esos entes que me han mostrado que siempre, por más exitoso que seas, hace falta una parte que te complete y haga que tu éxito valga la pena... a todas aquellas que por uno ú otro motivo he tenido la oportunidad de besar o acariciar... brindo por ellas...

Es inútil negar que soy inmune, realmente no lo soy, -no se lo vayan a decir a nadie-, me he enamorado y cabrón, Eros me ha ensartado en más de una ocasión y me ha hecho recordar que soy humano y que a veces es necesario el sadomasoquismo para disfrutar del dolor, del dolor de estar vivo, del dolor de amar.

Ahora mismo, faltan unas horas para que éste día termine, me divierto frente a mi ventana viendo a una pareja de escolapios con atuendo de secundaria acariciándose de una manera tan pura que me hace recordar esos días en los que el sentimiento del amor es inmaculado, esos años en que el placer de lo desconocido nos invadía al sentir por primera vez el cabello, la mejilla, la piel del otro: la respiración se entrecortaba y el tiempo se mostraba como amigo nuestro abstrayéndose y recortándose a sí mismo para plasmarse en una viñeta de nuestro álbum de vida, una imagen que sin esforzarnos podemos verla desde distintos ángulos y perspectivas, desde vistas panorámicas o en close up´s, incluso desde la ventana de un primer piso, desde la única que se escapa luz, desde la cual un individuo mira hacia la nada con un cigarro en una mano y un whiskey en la otra imaginando y viviendo la escena de ese recuerdo...

El cómplice en ese momento: Selene, quien seguramente está en vilo esperando a que Endimión despierte...

Sean felices...

El radio suena:

Crash into me